Quise aprender sin antes cometer errores, quise sonreír sin antes derramar lágrimas; quise olvidar, sin antes saber que olvidar significaba recordar siempre.

sábado, 13 de octubre de 2012

Verdades acerca de mí que nadie conoce.

Los miedos y complejos que yo tengo, nunca se han ido. Quizás no estuvieron tan atados a mí en según que épocas, pero nunca se fueron. Nunca fui capaz de dejarles marchar, de levantar la cabeza, de mirarme a un espejo y sentirme bien conmigo misma. Todos esos miedos han estado a mi lado, amargándome en más de una ocasión, desaprovechando oportunidades únicas, desperdiciando momentos irrepetibles. Todos esos complejos son pequeñas cuerdas que me manejan, que tiran de mí por donde quiera que vaya. Siento como si yo misma no fuera la que manejara mi mente, ni tampoco mi cuerpo. Son tantas inseguridades las que llevo dentro. Nadie se hace una idea de lo mucho que escondo, y dudo que alguna vez lo sepan. ¿Cómo decirle a alguien que me veo como una foca? ¿Qué cuando me miro, ya sea en un espejo o a mí misma, lo único que veo son kilos que no deberían de estar ahí? ¿Cómo explicar que me avergüenzo de mí misma? Nadie se espera eso de mí, y es por eso que nunca hablo sobre mis cosas. Los pensamientos que tengo a diario no son los de una persona normal y corriente, es decir, los de una personal que no tenga ningún tipo de problema. La depresión no es un juego, ni es algo con lo que se deba bromear, porque cuando tienes una, cuando sufres de depresión nunca es nada tan jodido como tú creías. No sabes lo que de verdad se siente hasta que caes en una. ¿Qué, es fácil explicarle a alguien que has querido acabar con tu vida? ¿Que son varias las veces que lo has intentado? ¿Que las voces de tu cabeza te han dicho miles de veces que desapareciera? ¿Para qué vivir, si no me gusta la vida que tengo? He pensado en morir, y en realidad no sólo una o dos veces, ni siquiera sólo tres. Pero eso nadie lo sabe. ¿Cómo lo van a saber si no lo digo? ¿Cómo van a entenderme si no hablo sobre mí? Si ni yo misma me entiendo...

Por fuera puedo parecer una chica llena de vitalidad, de energía, y sobretodo de ganas de vivir. Puedo parecer ser la chica que siempre está sonriendo, la que siempre ríe sobre cualquier cosa, la persona con la que puedes pasar muchos buenos ratos. Por parecer, puedo incluso aparentar que me apasiona mi vida. Que me gusto tal y como soy. Pero por dentro nadie me conoce. Porque por dentro es como de verdad soy, es mi auténtica persona. Quien soy yo por dentro, es como soy en realidad.

viernes, 12 de octubre de 2012


Se cansó. El tiempo le había pasado factura, y por mucho que Jacqueline se mintiera a si misma era consciente de que no sucedería. Porque había pasado demasiados días a su espera, manteniendo la mínima esperanza de que un milagro sucediera. Había pasado noches con la única compañía de las estrellas en ese escaso y oscuro cielo. Ellas, pequeñas e insignificantes para muchos, y tan imprescindibles y vivaces para ella. Su cabello se mecía al ritmo del viento, tan suave y veraniego como los últimos pasados días. Sus ojos habían perdido ese brillo tan especial, al igual que su sonrisa. Quizás se lo llevó el viento, pues eran muchas las lágrimas que se había llevado en los días de espera.
Porque la fuerza que siempre había mantenido intacta había ido desapareciendo, hasta quedarse en un cuerpo sin una pizca de esperanza, ni de fe. De ilusiones o cualquier otro fragmento que le hiciera quedarse ahí, esperando hacia algo que nunca iba a aparecer. Como bien dije al principio; se cansó. Y ni siquiera el tiempo fue capaz de hacerla cambiar de idea, ya que su mente pronunció lo que su corazón no quería que oyera: "Jacqueline, me marcho... Ha sido muy larga la espera. Si quieres quedarte, hazlo... Pero es inútil esperar a alguien que no te espera."

domingo, 7 de octubre de 2012

Con el tiempo me voy dando cuenta...

Sí, me he dado cuenta. O al menos me voy dando cuenta, poco a poco:
Que a base de golpes y caídas es como aprendemos todos acerca de la vida. Aunque muchas veces hayamos creído saberlo todo, no es así. Que nunca acabas de saberlo todo acerca de la vida, ya que al día siguiente siempre ocurre algo que te hace abrir los ojos. Porque las enseñanzas las aprendes por ti mismo, como todo. Que nada de lo que conlleva esta vida es para siempre, ni los romances, ni las amistades. Absolutamente nada de lo que creíamos, o de lo que creemos. Que puedes llegar a equivocarte dos, tres, cuatro, incluso cinco veces o más del mismo error, y no ser capaz de aprender de él hasta pasado un buen tiempo. Porque no siempre abrimos los ojos a tiempo... Que el camino que recorramos depende de nosotros mismos, ya que la elección es nuestra y por lo tanto, nuestra es también la fuerza y el empeño que le pongamos en ello. Que ni las cosas son tan fáciles como nos la pintaban, ni todo tiene porqué ser tan negro como creemos.

Porque aunque parezca mentira siempre hay un poco de luz a través del túnel. Siempre aparece un poco de esperanza, una pizca de ilusión. Algo que te hace creer en que algo bueno te puede llegar a pasar. Porque la felicidad está repartida por el mundo, aunque muchas veces tarde en aparecer. En diferentes etapas de nuestra vida, en diferentes momentos, en diferentes ocasiones; pero a todos nos llega la felicidad.