Quise aprender sin antes cometer errores, quise sonreír sin antes derramar lágrimas; quise olvidar, sin antes saber que olvidar significaba recordar siempre.

domingo, 7 de octubre de 2012

Con el tiempo me voy dando cuenta...

Sí, me he dado cuenta. O al menos me voy dando cuenta, poco a poco:
Que a base de golpes y caídas es como aprendemos todos acerca de la vida. Aunque muchas veces hayamos creído saberlo todo, no es así. Que nunca acabas de saberlo todo acerca de la vida, ya que al día siguiente siempre ocurre algo que te hace abrir los ojos. Porque las enseñanzas las aprendes por ti mismo, como todo. Que nada de lo que conlleva esta vida es para siempre, ni los romances, ni las amistades. Absolutamente nada de lo que creíamos, o de lo que creemos. Que puedes llegar a equivocarte dos, tres, cuatro, incluso cinco veces o más del mismo error, y no ser capaz de aprender de él hasta pasado un buen tiempo. Porque no siempre abrimos los ojos a tiempo... Que el camino que recorramos depende de nosotros mismos, ya que la elección es nuestra y por lo tanto, nuestra es también la fuerza y el empeño que le pongamos en ello. Que ni las cosas son tan fáciles como nos la pintaban, ni todo tiene porqué ser tan negro como creemos.

Porque aunque parezca mentira siempre hay un poco de luz a través del túnel. Siempre aparece un poco de esperanza, una pizca de ilusión. Algo que te hace creer en que algo bueno te puede llegar a pasar. Porque la felicidad está repartida por el mundo, aunque muchas veces tarde en aparecer. En diferentes etapas de nuestra vida, en diferentes momentos, en diferentes ocasiones; pero a todos nos llega la felicidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario